Cronicas de un Huache...

“Huache” es la palabra que los lugareños del estado Yucateco de Merida usan para describir a todo aquel no nacido por estos lados, que sea de otro estado, que venga de la capital del país, o por mis ultimas observaciones, se la aplican a cualquier cabron que sobrepase el 1.65mts. (JA! He vuelto!)

Así que, instalado en mi faceta de “huache”, he tenido que ir viviendo y resistiendo el adapte a la localia. El traspaso contiene tintes culturales, de educación, de usos y costumbres, los cuales –no se si sea lo correcto- pero me atrevo a decir que colaboran con la poca apertura de muchos de los locales (no todos) hacia, digamos, el mundo de alla afuera.

No se estresen, mis queridos defensores de todas las etnias a las que mi racista persona aborrece, veamos algunas cosas que he visto, y opinemos:

- No pregunte por que, pero he estado en comunicación con los gerentes o directores de algunas empresas nacionales o internacionales de diversos ramos (consumo, tecnología, servicios y manufactura) y lo curioso es que ninguno de ellos es de aquí, todos tienen menos de 3 años en la localidad y fueron enviados aquí a resolver pedos generados en las filiales por sus antecesores. (like moi) ¿Los antecesores? Locales.

- Revisando documentación de una empresa de reclutamiento y selección MUNDIAL, la “gerente” me envía la documentación de algunos candidatos para unas vacantes que necesito cubrir. Uno de ellos, recién egresado, apunto en su currículo que realizo practicas profesionales en FEMSA. Cuando hablo con la diestra reclutadora me dice: “El dice que tiene practicas en FEMSA. Pero no se si sea buena esa empresa, que es FEMSA? Tu sabes??” Perdí .5% de mi hígado y 7 millones de neuronas en ese momento.

- Desde que descubrí el Cinnamon Dolce de Starbucks, irremediablemente pido la misma bebida todos, TODOS, T-O-D-O-S los días en la mañana. Triple Venti Cinnamon Latte. Leche entera, sin espuma y sin crema batida. Todas las mañanas paso al mismo local a comprar mi café. Después de algunas semanas de pasar todos los días, como que los “masters-coffe” te van identificando y ya te dicen:

- Hola Cesar! Lo mismo de Siempre!?
- Hola! Si! Por favor
- Es un cajeta late alto con leche deslactosada, verdad?
- Este… no… es un triple venti cinnamon latte.
- Ah! Ok ok! Perdon, es que hay un cliente que se parece mucho a ti y pide el de cajeta…
- No te preocupes.

Van 5 veces que me dan otra cosa. Primero me dieron un café del dia con espacio para leche. Después uno con sabor a Almendra, luego me dieron uno con sabor a Madres! No se que carajos le pusieron pero sabia de la chingada! Una vez me lo dieron con la crema esa batida asquerosa y hoy, me sirven el café con leche deslactosada Light! Puta madre!!! Todas esas veces les he regresado el café y me lo cambian por lo que pido y lo más raro del asunto es que siempre me atiende el mismo “Master Coffe” enfundado orgulloso en su playerita negra. Tal vez sea “Mastersisimo en Coffe” pero no en escuchar lo que pido… ya no digamos en concentrarse.

- Como transporte publico, en algunos de los pueblitos circundantes a Merida, utilizan un transporte llamado “Bici-Taxis”. Es una especie de bicicleta de las que usaban los tamaleros o los que repartían garrafones de agua hace algunos años. A esta bicicleta, en la parte frontal le han adaptado una pequeña carpa, una banquita y en algunos casos coquetos, cortinitas y equipo de sonido. En la parte de atrás, en donde va el manubrio y la rueda de la bicicleta, han sustituido esta “bici” por la parte trasera de una motocicleta a fin de darle propulsión al vehiculo y disminuir el cansancio del conductor. Cierre sus ojos. Visualice lo que le acabo de describir. Analícelo. Es prácticamente la misma pendejada que si a una calandria le pegáramos el caballo atrás de la carreta para que la empuje en lugar de jalarla. Es un insulto directo a cualquier regla de la física. De la seguridad del pasajero, mmmm… ejem… no platiquemos. Si vienen, eviten a toda costa subirse a uno de estos.

- Uno de los principales indicadores por los cuales soy responsable en este site tiene que ver con la exactitud del inventario. No puedo bajar del 99% de exactitud entre lo que dice mi WMS vs mi existencia física. Recién llegue, el problema en cuanto a diseño de procesos era grande. No existía tal y se reportaban números maquillados. Una vez diseñado el proceso, comenzamos a medir exactitudes de 35%-38%. Dando el seguimiento necesario, capacitando, modificando y buscando ayuda de un druida alemán, ya logramos llegar a 97%. Revisando durante las dos últimas semanas, me doy cuenta que los dos puntos porcentuales que nos faltan por cubrir se deben a factores humanos: Los encargados de hacer el inventario –estos seres diestros con titulo de bachillerato- no saben sumar. Absurdo. Increíble. Incoherente. Ridículo. Pase 32 horas seguidas, casi casi de la mano con ellos, y no saben sumar. No no… no es que tengan que contar cada una de las 30,000 cajas que despachamos diario aquí de memoria, simplemente no saben usar una calculadora, y no saben contar las cajas que contiene un palet. Absurdo. Increíble. Incoherente. Ridiculo.

- Para llegar a uno de los restaurantes de más tradición de la ciudad, tienes que tomar la salida que te lleva a Cancún. Una vez que tomas el retorno, está la desviación que te lleva al restaurant. Un poco más adelante, se encuentra un espectacular de concreto, a simple vista dispuesto ahí por los dueños del mismo restaurant, que dice “Hacienda Teya, 200 metros atrás.” WTF?????

Todas estos son algunas delicadezas que hacen mas sabrosa la estadía aquí, detonan la perdida de mi ya de por si mermada capacidad de asombro, y me hacen constatar que la paciencia es uno de los frutos del espíritu de los cuales carezco.

Obvio, y hago el apunte: No significa que la gente de aquí no sea calida, hospitalaria y noble. Lo es. Así como también son racistas, intolerantes e impertinentes. Al fin y al cabo, hay de todo en la villa del señor.

Tarzan… soy un “huache pelaná”