Semaneando...

Toda la semana pasada fue de asueto para el común del país… todavía esta semana, muchas dependencias gubernamentales, en especial el magisterio, se encuentra tostando sus pieles al sol, aunque sea de las azoteas de sus depas, pero instalados en el desove a final de cuentas.

Debo decir que no salgo mucho en semana santa… trato de evitar los aperres “springbreakeros” mexicas, además del consabido riesgo de andar en carretera con tanto extasiado al volante; sin embargo esta semana fue un tanto diferente.

Primero estuve en Cuernavaca el fin de semana del 15 para la boda de uno de mis mejores amigos… la ida desde Leon y el regreso hasta el punto de origen involucraron varias horas de transito carretero. Luego, los dos días intermedios de actividad laboral, de los cuales conté cada minuto en regresivo hasta que fue miércoles por la tarde y ahí corrí… y no llegue tan lejos, digamos, pero Guanajuato siempre es bueno para visitar. La distancia entre Leon y Guanajuato es de 45 km aprox, asi que el recorrido, aunque es por carretera, es realmente corto.

La cena se dio ahí en compañía de Mar, Majo, Cosio y una media docena de primos foráneos de Majo, con quienes departimos y compartimos las pastas y las chelas en “El Santo”… lugar que yo no conocía y a donde definitivamente tengo que regresar. Regresamos a Leon, transcurrió el jueves sin sobresaltos y con harta flojera hasta para ir a comprar comida. Para el viernes, visitamos Guanajuato desde temprano y el aquelarre en la “Capital Cervantina de América” fue el esperado para un “viernes santo”… que si bien complicaba un poco el transito y encarecía la entrada a los museos, también sirvió para ver la máxima expresión artística de la ciudad. Mimos, callejoneros, pintores, retratistas, y demás expresiones que hacen de esta ciudad una de mis favoritas y sin temor a equivocarme, una de las más mágicas del país. El tour fotográfico (el 4to que hago en esta ciudad) comenzó en el Teatro Juarez y ahí nos encontramos con Mar-Brand (homónima flickera chilena), asi que anduvimos por la ciudad las 2 Mar y el Tarzan. De las cosas nuevas que recorrí, fue la alhóndiga, donde la verdad me esperaba mejores exposiciones e instalaciones mas apropiadas para las colecciones ahí expuestas, además de que es la primera vez que para entrar a un museo tengo que pagar un boleto extra por meter la cámara. También recorrimos a pie una gran parte del túnel que transita por el centro histórico, cosa que yo no había hecho, visitamos el mercado hidalgo, el callejón del beso, la universidad, la feria de libro, comimos en el Frascatti, compramos dulces en La Catrina y justo cuando intentamos subir por el funicular al mirador del Pipila, el aperre nos freno… la fila no era de menos de 50 personas y decidimos abortar la mision y dejar algún pendiente para la siguiente visita de las Mar a tierras cervantinas. Aun asi, pasamos a la presa de la olla por una café. Vale la pena darse una vuelta por esta presa, donde las casas de alrededor reviven la arquitectura francesa del nuevo continente y por un pequeño momento pareciera que estas en Nueva Orleáns.

La mision para el sábado fue visitar San Miguel de Allende para continuar con el espíritu de los pueblos mágicos. La carretera entre Guanajuato y San Miguel, atraviesa la sierra guanajuatense. No es una autopista pero esta en buen estado para recorrerla. San Miguel esta padre. No creo que sea tan envolvente como Guanajuato, pero también tiene mucho que ofrecer. El perfil de los visitantes y habitantes es de un extracto social más alto. Muchos gabachos y luminarias habitan ahí; el rumor dice que Michelle Pfifer y el mismisimo Quentin Tarantino tienen casa ahí, todo el mood de la ciudad es del tipo fashion, muy colorido, con calles empedradas, restaurantes de comida fusión, boutiques, tiendas de antigüedades y spas holisiticos. Tiene muchas galerías de arte y estudios de restauración que son muy interesantes para visitar y aunque es muy pequeño el centro, vale la pena sentarse en el jardín a oír a los mariachis y las estudiantinas cantando. Para la comida, nos dejamos llevar por el bullicio del lugar de churros de la afamada Margarita Gralia y mi unica recomendación es que lo eviten al maximo… el lugar es muy pequeño, la decoración absurda y la comida no salva ninguna de las primeras impresiones, de hecho es mas mala!!… asi que dediquen sus pasos a buscar otra alternativa local, por que creanme, por mas que lo deseemos, la figura de la Sra. Gralia no esta despachando los churros, asi que ahoguemos los pensamientos mas sugestivos y apreciemos sus dotes naturales e histriónicos en vez de sus intentos culinarios.

El domingo fue dedicado al reposo. Desayunamos, Mar-Brand partio hacia el DF con el único temor al trafico carretero de regreso vacacional y el resto fue acompañado por películas y series televisivas… El lunes la licenciada hizo lo propio y hoy, el depa queda vació. Chale!

Fotos tengo hartas para compartir… tiempo es el que me falta para poder subirlas, pero ya iré poniendo algunas! Gracias a Mar, a Mar-brand, a Majo y a Cosio por la agradable compañía.

Tarzan… buena semana no tan santa!!