viernes, 29 de febrero de 2008

Seamos Ecuanimes!

La ecuanimidad – lo que sea que signifique esa palabra- es algo dificil de alcanzar en el ser humano y mas cuando se trata de interacciones con otro ser o seres humanos. Las diferencias surgen cuando a alguno de los participantes de esas interacciones ya no le agradan el rumbo que toman las cosas. No importa si lo manifiesta o lo apechuga, la molestia es latente y tarde o temprano revienta el asunto en discusiones, desplantes, ardores y hasta madrazos.

Unos gritan, otros manotean, otros arremeten, otros nomas ven como se madrea el resto, otros se hacen como que no les afecta y al final, todos, t-o-d-o-s, toman un bando, no necesariamente tienen que existir dos bandos nada mas, no estamos hablando del Ying-yang, pero pues la fractura divide al grupo, reparte intereses, repartee miembros, re-agrupa y al cabo del tiempo, puede que genere pluralidad.

No estoy tratando de encontrar el hilo negro de la sociedad, ni del comportamiento humano, ni del deber ser… al fin y al cabo, Cain mato a Abel y eran carnales… apartir de ahi, nada deberia sorprender al humano, pero el pedo es que nos gusta la sensacion de la confrontacion… a nivel de cada uno y aun cuando tengamos la oportunidad de escoger nuestras batallas, pero nos late! Ardernos, nos encanta buscarle, rascarle, meterle el dedo y ver si llora. Queremos saber si duele o si somos mas fuertes que los pobres diablos que nos la hacen de pedo y cuando vemos que nos los vamos chingando como que nos crecemos, golpeamos nuestros pechos y soltamos nuestro grito maximo de Guerra/Victoria: “A HUEVOOOOOO!!!!!”

Ay de aquellos victimados si es que demuestran un poco de ardor… a esos pobres nos les vamos encima como tiburones blancos… no necesitamos alimentarnos, es el puro placer de matar… y asi sucede… y sucede por todos lados. Si uno del grupo sufre el sindrome del “niño cuando crece”, lo abrimos poco a poco o descaradamente, y volteamos nuestas caras, aunque siempre tenemos una sonrisa dispuesta cuando este niño sin gracia, jala nuestras prendas y dice “Me quieres?”

Pueden transcurrir dias, meses o años… podemos gritar “A huevo!” hasta que un pulmon nos reviente, podemos tener nuestras sonrisas en jeta de manera eterna, podemos mantener el teatro durante toda la vida, estamos dispuestos a sostener la escenografia por el tiempo que sea necesario… podemos tomarnos todas esas molestias, aun y cuando un “Amigo… la neta es que me cagas la madre!” seria mas sincero y benefico para todas las partes.

Al final, todo es por falta de huevos.

Tarzan… yo los quiero a todos!

Pd. Cosa MUY aparte y digna de mencion es la Tolerancia, pero dado que es una palabra en extremo fuerte, no ahondare en el tema, de hecho esta mucho mas alla de mi comprension todo el alcance de la misma.

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